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ESENCI@L

Los operadores auguran una recuperación lenta, pero progresiva

Más dudas que optimismo en el primer septiembre sin mascarillas en los gimnasios

El sector del fitness teme los efectos que puedan causar la inflación y los costes energéticos

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Los gimnasios esperan recuperar este mes de septiembre buena parte de los abonados que tenían antes de la pandemia, pero asumen que la recuperación total de abonados podría demorarse a finales de 2023

(7-9-2022) Los gimnasios y demás centros deportivos afrontan con un optimismo moderado y muchas dudas el inicio de una campaña de septiembre que prevén que deje una recuperación lenta pero sostenida. Dejada prácticamente atrás la pandemia, la vuelta al cole en el sector del fitness está empañada por varias grandes amenazas como la inflación o los gastos energéticos.

Los gimnasios españoles afrontan este mes de septiembre la primera gran campaña de captación de abonados en dos años sin tener que obligar a sus usuarios a llevar mascarillas para evitar los contagios de covid. La desaparición de esta medida, el pasado mes de abril, propició que el sector del fitness elevase sus perspectivas de recuperación de cara a este mes de septiembre. La vuelta a la escuela de los gimnasios, sin embargo, se antoja más complicada de lo esperado debido a la coincidencia de varios factores económicos en el mismo tiempo. 

“Tenemos incertidumbre, todavía no sabemos qué ocurrirá”, es una de las respuestas más frecuentes que ofrecen los 11 operadores del sector deportivo a los que CMDsport les ha consultado acerca de sus previsiones para esta campaña de septiembre y octubre. Tanto cadenas de gimnasios como grandes clubs deportivos coinciden en expresar el optimismo que les deja este tramo final de pandemia con las dudas que se avecinan ante una nueva tormenta perfecta: al retorno de los ICO se les podría juntar una más que probable nueva subida de los costes energéticos, una inflación imparable que amenaza al bolsillo de las familias y, más a medio plazo, una posible revisión del SMI.  

INCERTIDUMBRE POR LA INFLACIÓN

En el sector hay sentimientos compartidos de esperanza y de temor. A corto plazo hay satisfacción con el ritmo de altas con el que ha empezado septiembre. “Hemos tenido un verano mejor, a nivel de altas y bajas, que en 2019, y el ritmo de nuevos clientes de este septiembre está siendo bueno, aunque puede que no haya una subida tan grande como otros años”, admite el director general de Máis que Auga, Francisco Cortegoso. 

El optimismo que existe entre los operadores es muy moderado. “El ritmo de altas de estos primeros días está siendo bueno”, constatan. La mayoría, eso sí, da por hecho que la recuperación de socios será más larga de lo previsto en un principio y que no será hasta el otoño de 2023 cuando logren recuperar el volumen de abonados que tenían antes del estallido del covid.

El principal problema, advierten, es que incluso aunque recuperasen este octubre la totalidad de los socios perdidos en los últimos dos años, el balance de muchas empresas seguiría en rojo debido a los aumentos de costes energéticos y el retorno de los ICOs. Una situación compleja que podría ser aún peor en el caso de desbloquearse las negociaciones por el V convenio de los gimnasios. De momento las conversaciones siguen en punto muerto y no se prevén cambios significativos antes de terminar el año. 

Los pronósticos de un escenario de recesión que podría empezar este mismo invierno no ayudan al sector a recuperar la confianza de algunos usuarios. La amenaza de Rusia de cortar el gas en Europa hasta que duren las restricciones, sumada a la subida del precio de la cesta de la compra y del coste de las hipotecas, son elementos que podrían afectar muy seriamente la recuperación de abonados del sector deportivo.

“Esperamos que el sector continúe con la recuperación, pero en menor medida de lo esperado, probablemente condicionado por el impacto de la coyuntura económica que se prevé”, afirman a este medio fuentes de Centros Supera. La cadena, que obtuvo en julio un préstamo de 15 millones de Cofides, ha ido reabriendo a lo largo del verano la práctica totalidad de las zonas de agua que en marzo tuvo que cerrar por los elevados costes energéticos. Las últimas, dos instalaciones en Valencia donde será el Ayuntamiento quien se haga cargo de los sobrecostes que se generen.  

“La situación sigue siendo incierta y los inputs generales son bastante pesimistas por la inflación y los consumos”, reconocen desde CET10. También desde Cataluña, el Club Natació Sabadell asegura que, aunque “la tendencia a nivel de captación de socios era buena antes del verano en general, habrá que ver qué ocurre con la inflación que sufrirán las familias”.

Otro club de natación, el CN Barcelona, espera poder mantener este otoño el ritmo de recuperación de socios que arrastran desde verano. “Venimos de unos años muy complicados y nos estamos recuperando poco a poco”, afirma el presidente de la entidad, Bernat Antràs. Este veterano club espera poder vivir un impulso a nivel de socios entre 2023 y 2024, años en los que irá inaugurando los distintos espacios que ha empezado a reformar dentro del proceso de transformación que tienen en marcha

LOS LOW COST ESPERAN SALIR MENOS TOCADOS

Uno de los segmentos que espera salir menos golpeado de una eventual recesión en el consumo es el low cost. Así, al menos, lo entienden desde Imagym. “Al estar posicionados en el bajo coste, no prevemos que nos afecte demasiado la contención del consumo debido a la alta situación”, expresan desde esta cadena. “Se ha notado mucho la estacionalidad este verano, veremos si la llegada del otoño y del mal tiempo ayuda a que la gente vuelva a pensarse el resguardarse dentro de las paredes de un gimnasio”, apuntan desde la enseña. 

En Imagym optan por tener una mirada más positiva acerca del escenario que se avecina y consideran que el sector del fitness “está preparado para enfrentarse a cualquier situación: ha salido reforzado de las últimas crisis y los grandes operadores están completando grandes planes de expansión, señal de que el sector tiene fuerza para afrontar lo que queda de año”. 

El CEO de Fitup, Carlos Castañeda, constata que están teniendo una “buena respuesta”, a nivel de altas, en este arranque de septiembre, con cifras muy cercanas a las que tenían en el mismo período antes de la pandemia. “Tenemos buenas previsiones a nivel de nuevos usuarios, aunque tendremos que abordar de forma particular el impacto de la crisis energética y de la subida del IPC en las rentas”, comenta. 

El optimismo que desprenden algunas cadenas low cost, visible también en los ambiciosos planes de crecimiento de determinadas compañías, contrasta con la prudencia que manifiestan ciertas enseñas de precio medio, como Paidesport. “No sabemos si este septiembre lograremos dar un gran salto a nivel de recuperación, seguramente hasta dentro de un año no estaremos cerca de los valores de 2019”, avisan desde Máis que Auga. 

“Llevamos casi tres años así, entre la pandemia que no sabíamos cuando terminaría y que nos golpeaba fuerte antes de cada campaña, y ahora con la guerra y los costes energéticos”, lamenta el presidente de Paidesport, Aurelio Gómez. “En Alemania les han dado dinero, aquí el Gobierno central, nada de nada”, critica. 

LOS CAMPUS IGUALAN LOS NIVELES DE 2019

Las prudentes previsiones que operadores y clubs contrasta con el buen resultado que han ofrecido los campus veraniegos. La gran mayoría de fuentes consultadas celebran el buen rendimiento que han tenido y coinciden en que los datos de inscritos de este verano se han asemejado, e incluso en algunos casos superado, los datos registrados en el último verano precovid, en 2019. 

“Estamos en números similares al ejercicio de 2019, con una mejora muy significativa con respecto a 2021”, afirman desde Centros Supera. Una postura muy parecida a la que expresan desde CET10: “Ha sido una buena campaña de campus de verano, la valoramos positivamente, acercándonos a los números de 2019”. 

“En verano no hemos notado contención del gasto porque sigue habiendo una necesidad importante de las familias de conciliar, dejando a sus niños haciendo actividades”, reconoce el director general de Máis que Auga, Francisco Cortegos. La cadena gallega asegura haber registrado una subida del 5% del número de cursillistas inscritos respecto al verano de 2019. A favor de esta enseña han jugado dos factores externos: la reducción de plazas municipales ofertadas y los recortes en las subvenciones de los centros deportivos municipales, que eran su principal competencia en este tipo de actividades.  

Los campus de verano han dado aire a un sector deportivo que ha registrado cifras de niños y niñas parecidas a las de 2019

También en un 5% asegura haber aumentado el Club Natació Sabadell la participación en campus infantiles. Otro de los principales clubs de natación de Cataluña, el CN Barcelona, se ha visto obligado a reducir en un 63% la oferta de plazas disponibles debido a las afectaciones provocadas por el inicio de las obras del club. 

Atalanta Sport, en cambio, ha registrado este 2022 el triple de niños que en 2019 porque han ido aumentando las plazas disponibles desde entonces. “Tanto en 2020, en 2021 como este año se han vendido todas las plazas disponibles, no podemos dar más”, afirma la responsable de los campus de la enseña valenciana, Carla Gómez-Pantoja. 

En el centro premium barcelonés Bonasport Club han vivido una situación particular: en 2020 incrementaron sus inscripciones en un 40% respecto al 2019; en 2021, la diferencia con respecto a ese mismo año fue del 35%; y este 2022, el aumento ha sido del 29%. Es decir, cifras superiores al último curso previo al covid que, pese a todo, han ido a la baja año tras año. El motivo, explica el gerente del Bonasport, Eduard Cabré, se debe a que su clientela habitual “tiende a llevar a sus hijos al extranjero”. La pandemia limitó su movilidad, lo que propició que muchas familias optasen por apuntar a sus hijos en los campus de verano de este centro, que ya empieza a ver normalizado el volumen de demanda. 

EL CALENDARIO ESCOLAR Y EL TELETRABAJO, CONDICIONANTES

Otro factor que les ha condicionado (hasta el punto de ofrecer una semana menos de lo habitual) es el madrugador regreso a las escuelas, previsto para el 5 de septiembre. 

Otra situación particular ha vivido Claror. La enseña catalana asegura que el nivel de contratación plazas de campus de este verano ha quedado entre un 12% y un 30% por debajo de 2019 en los tres clubs que gestionan en Barcelona. Según la directora de operaciones adjunta de los clubs Claror, Núria Borràs, son dos los motivos que han propiciado una menor contratación: por un lado, una menor oferta, por la distribución de espacios disponibles (han priorizado potenciar otras actividades); por el otro lado, un cambio de hábitos. “El binomio teletrabajo y segunda residencia parece haber provocado que muchas familias hayan abandonado la ciudad durante un periodo de tiempo mayor que antes de la pandemia”, sentencia. 


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